En toda filosofía religiosa el respeto, constituye la base donde tu creceras, el amor hacia lo que haces le da la forma y la sabiduría que adquieras te mantendrá en el tiempo adquiriendo como valor adicional la admiración y el respeto que logras a través del tiempo.
En la filosofía Yoruba, el iniciado funge como el recién nacido que depende de su madre (madrina) para ser alimentado y poder crecer y ser en el futuro un ser de bien (buen religioso). Lamentablemente en la actualidad se han perdido los valores que fundamentan esta forma de vivir, queremos correr antes de caminar y confundimos la independencia con el olvido. Si bien es cierto que la intención no es mantener un cordón umbilical, no es menos cierto que la intolerancia y la autosuficiencia nos lleva a tomar decisiones como recibir fundamentos de otras casas, asistir siendo Yavo (iniciado) a fiestas, etc, sin tu mayor que te representa, llamar a un Santero que no es ni tu Madrina o Padrino, ni tu Yuvon a darle coco a tus santos en tus cumpleaños, estando ellos disponibles, organizar ceremonias sin el apoyo y consejo de quien te representa, etc. Recordemos no nacimos solos, que el éxito en ésta y en cualquier actividad radica en hacer las cosas bien, manteniendo y mejorando lo que ya está y por sobre todo teniendo en cuenta que la bendición de nuestros mayores, de nuestros Ancestros, Espíritus, nuestros Santos y sobre todo de Dios radica en el amor y el respeto que profesemos. No podemos edificar castillos sin tener bases sólidas. Rescatemos nuestro tesoro y mantengamos sus raices para que no se pierda.
Leonor Elíaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario